La experiencia del multilingüismo vista por una madre......lingüista
Para conocer el fenómeno del bilingüismo/multilingüismo no basta preguntarse sobre los mecanismos biológicos de adquisición de lenguaje, sino que hay que interesarse también por lo que representa una lengua, por la naturaleza de sus vínculos sociales que ella crea y mantiene. B. Abdelilah-Bauer.

lunes, 27 de junio de 2016

Esos nombres y objetos raros

Hay nombres de cosas que son raros. Tal vez porque el objeto en sí ya lo sea, o por la prescinbilidad de éste. 
El caso es que, familiarmente, la relación con las mesillas (de noche)  ha sido intermitente e inexistente durante grandes periodos. 
 
Y como nos sirve para lo que nos sirve, pues Clara decide resaltar el uso en vez de decir nochero (como en Colombia) o velador (como en Chile y en Ecuador) o mesita de noche (como en Venezuela, en Cuba y en Costa Rica) o mesita de luz (como en Argentina) o buró (como en México) o mesilla de noche (como en España) o, el mejor de todos,  criado mudo (en Brasil): la mesilla-de-los-tapones de los oídos. La más grande -de las chicas de la casa- esta moza.
 
 
Y me encantó, claro, porque me dejó flores, olores y notitas de amor. Eso, la más grande -de las chicas de la casa- esta moza.


 
 
Por cierto, era salvia. Y lo adiviné :-D 
 

miércoles, 24 de febrero de 2016

Caullar: como miaullar pero de los perros

 



Uno de los juegos con los que driblamos esos "tiempos muertos "  de los desplazamientos (definitiva y unánimemente el poder que nosotras escogeríamos sería el de teletransportarse) es el de decir verbos que terminen en -ar. Cuando estamos muy craques pasamos a -er y a -ir, que son como para C1 o incluso C2. Y nos sabemos muchos, muchísimos, podemos ir desde el restaurante donde cenamos con Iván y Carla hasta casa. Un buen trecho. Una buena lista.
 
Y esta semana (bueno, o la anterior, que voy con un retraso general curioso) salió el verbo caullar. Pero no llegaba a él, le daba vueltas, lo traducía, lo aportuñolaba, lo afrancesaba, pero  nada, que no asociaba yo caullar a nada.
 
Así que le pregunté y me dijo que caullar era lo mismo que hacían los gatos pero en perro, que era como miaullar pero de perros. ¿Miaullar? claro, mucho mejor que maullar, mucho más lógico.

Ahora, ¿caullar? ¿de dónde? Pues de ella, claro. Clara.